Un bombardeo israelí provocó la muerte de siete trabajadores de la ONG World Central Kitchen (WCK), del chef español José Andrés, mientras realizaban entrega de alimentos en la Franja de Gaza el lunes por la noche.

Entre los fallecidos hay un ciudadano británico, uno polaco, uno australiano, dos con la doble nacionalidad (estadounidense y canadiense), y otro palestino, según la propia organización humanitaria que detalló en un comunicado:

El equipo de WCK viajaba en una zona de distensión en dos coches blindados con el logotipo de WCK y un vehículo de revestimiento blando

La organización explicó que el convoy, alcanzado al salir de un almacén tras descargar 100 toneladas de alimentos, estaba coordinado con el Ejército israelí.

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"No es sólo un ataque contra WCK, es un ataque contra las organizaciones humanitarias que aparecen en las situaciones más terribles, en las que los alimentos se utilizan como arma de guerra. Es imperdonable", declaró su directora, Erin Gore.

Luego del ataque aéreo por parte de las fuerzas de israelíes en la gobernación de Deir al Balá, en el centro de Gaza, en el marco de la ofensiva contra Hamás, la ONG anunció la suspensión inmediata de sus operaciones, y aseguró que pronto tomarán decisiones sobre el futuro de su trabajo.

Rechazó internacional

Tras el bombardeo, la comunidad internacional expresó su consternación y condenó la ofensiva del gobierno de Israel.

El presidente de España, Pedro Sánchez, quien precisamente se encuentra de gira en la región, se mostró 'horrorizado' por la muerte de los siete trabajadores de la ONG y envió su pésame el chef José Andrés, así como el apoyo de su gobierno, en un mensaje en X.

Así como el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, que expresó su solidaridad con WCK y fue un paso más allá, al exigir el cese de las hostilidades en Gaza.

Exigimos alto el fuego y entrada ayuda humanitaria

Por su parte, el comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés), Philippe Lazzarini, se dijo "devastado" por el bombardeo israelí que provocó la muerte de los trabajadores de la ONG y subrayó su labor humanitaria "a una población que se muere de hambre".

De igual forma, los gobiernos Bélgica, Reino Unido, y China, entre otras naciones, criticaron el ataque y pidieron explicaciones al gobierno de Benjamín Netanyahu por el bombardeo a personal de esta organización humanitaria.

El jefe de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Martin Griffiths, expresó este martes su "indignación" por la muerte de los siete voluntarios de la ONG y subrayó que estos hechos y quienes los respaldan son indefendibles.

Eran héroes, asesinados mientras intentaban alimentar a una población hambrienta. Mis condolencias a sus familiares y compañeros

Finalmente, el Ejército israelí expresó su "sincero pesar" por las muertes de los cooperantes y prometió realizar una investigación independiente.

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Con información de agencias
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