A tan solo 49 kilómetros de Mérida, en la pequeña comunidad de San Antonio Mulix, que cuenta con apenas 50 habitantes, se encuentra uno de los más de 3,000 cenotes que alberga el estado de Yucatán.

Esta localidad guarda en su interior un valioso secreto: el Cenote Dzombakal, un lugar que ha conservado durante siglos restos fósiles que abren una fascinante ventana hacia la prehistoria.

En este cenote, un grupo de espeleobuzos realizó una inmersión y para su sorpresa descubrió huesos que no pertenecen a especies humanas. Este hallazgo, que arroja luz sobre la fauna prehistórica que habitó la región, se ha convertido en un descubrimiento clave para entender la historia natural de Yucatán.

El cenote Dzombakal, hasta entonces desconocido por muchos, es ahora una puerta al pasado, revelando secretos enterrados durante miles de años.

Los primeros huesos que vimos fueron los del perezoso. Fue en otras áreas cercanas donde encontramos más huesos, incluida una mandíbula, que obviamente era de un tamaño diferente. Según el estudio, esos huesos pertenecían a caballos. El análisis indicó que estos restos correspondían a animales que vivieron entre 7,000 y 10,000 años atrás, y este es el primer hallazgo de este tipo en Yucatán.

Dijo Arnaldo Marruco, buzó de cueva.

Aunque el hallazgo se realizó en 2023, la identificación y el análisis de los restos requirieron varios años de trabajo bajo la supervisión del paleontólogo Jerónimo Avilés Olguín, quien, junto con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), confirmó que los fósiles pertenecen a un perezoso gigante y a caballos. Se estima que ambas especies habitaron la región durante el Pleistoceno tardío.

INAH Declara al Cenote Dzombakal Como Sitio Protegido

"Todo el proceso, desde la identificación de los huesos hasta la comparación con otros encontrados en Quintana Roo, la entrada al INAH y las verificaciones que se deben realizar en el sitio, ya que también se han encontrado huesos humanos aquí, es un proceso que lleva tiempo de verificación", mencionó el buzo Cristian Selun.

Los espeleobuzos descubrieron huesos no humanos a una distancia de 30 metros y a una profundidad de entre 17 y 20 metros. Hasta la fecha, se han encontrado más de 20 piezas, entre las cuales se incluyen vértebras, mandíbulas, fémures, húmeros y otros restos óseos. Estos fragmentos fósiles no solo están protegidos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), sino que también cuentan con la vigilancia y el cuidado de los habitantes de la comunidad, quienes han asumido un compromiso con la preservación de este valioso hallazgo prehistórico.

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Con información de: Kareli Manzanero

KXRT