Este 2 de agosto se activó la alerta sísmica en la Ciudad de México. Oficinas y viviendas se evacuaron y por unos instantes la capital se paralizó esperando el sismo que no ocurrió: todo fue un error.

Esta equivocación no solo se queda en anécdota, en los minutos fuera de la oficina o la escuela, o en comentar los mensajes confusos de las autoridades sobre quién fue el responsable del fallo. El sonido de la alerta provoca ansiedad y pánico en muchos ciudadanos que tienen en la memoria los terremotos de 1985 y 2017.

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El pánico por un sonido

Daniela González, trabajadora del hogar, estaba en el segundo piso de un edificio de departamentos de seis niveles, cuando sonó la alerta sísmica este viernes. Tenía en sus manos una escoba y un sacudidor. Escuchó el sonido y los aventó. Salió corriendo. Bajó desesperada las escaleras y en segundos llegó a la calle.

El solo sonido de la alerta sísmica me provoca pavor, salgo corriendo y no veo ni quién ni qué está en el camino.

Y es que ella vivió en esa misma zona, cercana al Teatro de los Insurgentes, en la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México, el terremoto del 19 de septiembre de 2017.

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“Todos sentimos zozobra cuando suena la alerta sísmica, y muchos han dicho que el sonido es desagradable, pero no es el sonido, es que en México lo relacionamos con un evento negativo, por eso es que se dispara el miedo, la angustia”, dice Rogelio Flores Morales, académico de la Facultad de Psicología de la UNAM.

En 2017, Daniela acabó en el piso por las sacudidas del sismo. “Escuché el crujir de los edificios, las ambulancias, la gente gritando, fue horrible y me quedó ese trauma. Así que escuchó la alerta y entró en pánico, si me podría hasta pasar un accidente”.

A muchas personas que han vivido los sismos de 1985 y 2017 en México, el sonido de la alerta sísmica les dispara la angustia, “pero en algunos casos sí se puede llegar a una crisis, a un ataque de pánico, que pueden provocar hasta un infarto o un accidente automovilístico, por ejemplo”, explica Erika Villavicencio, investigadora de Salud Mental también de la Facultad de Psicología de la UNAM.

Que se llegue a un ataque de pánico depende del contexto de cada persona. La especialista señala que no va a ser la misma respuesta de quienes vivieron los temblores de 1985 o 2017 y tuvieron una experiencia traumática, que quien no la ha tenido, y también va a depender del estado emocional de cada persona, si alguien está con mucho estrés o angustia, lo que es común en este país por la inseguridad, la incertidumbre económica, el sonido de la alerta sísmica va a ser la gota que derrame el vaso.

El error humano que disparó la alerta

Este 2 de agosto a las 12:40 horas sonó la alerta sísmica en la Ciudad de México. La respuesta de las autoridades al sonido fue confusa. El jefe de gobierno de la CDMX, Martí Batres, confirmó, a través de su cuenta de X, que sí se había registrado un sismo, pero minutos después borró el mensaje y es que no, no hubo tal sismo.

La Plataforma Digital de Alertamiento y Gestión Integral de Riesgos (SASSLA), que difunde, a través de una app, la alerta sísmica, publicó en su cuenta de X a las 12:50 que se había activado la alerta por equivocación, y que no había sismo.

El Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES), que desarrolló y opera el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX), explicó en su cuenta de X que durante los preparativos para el próximo Simulacro Nacional, que se llevará a cabo el próximo 19 de septiembre, habían activado, por error, la señal del Sistema de Alerta Sísmica Mexicano, a las 12:40 horas.

Diego Ramírez, fundador de SASSLA, explica a N+ que lo de hoy en efecto tuvo que ser un error humano porque la plataforma está totalmente automatizada y funciona a través de 97 equipos que envían vía radiofrecuencia información.

Son 97 censores colocados a lo largo de las costas, por ejemplo, de Jalisco, Michoacán, Guerrero, y que están observando el movimiento del suelo, se comunican por radiofrecuencia y son autónomos, son como soldaditos que mandan mensajes para ver si se tiene que activar la alerta sísmica o no.

Que se active depende de parámetros establecidos de acuerdo a la intensidad de los movimientos y la distancia con las ciudades donde se emitiría la alerta. En Acapulco el movimiento tiene que ser de 5.5 grados o más, en el caso de la Ciudad de México, y en Puebla, mayor a 5. Y al menos dos de los censores deben “confirmar” esa intensidad.

Así es como funciona la alerta, en base a parámetros, con todo automatizado. “No hay un tal botón, del que se ha hablado en algunos espacios, con el que se active la alerta, eso no existe, cuando se activa para un simulacro, el personal tiene que meter al sistema de manera manual parámetros que permitan engañarlo respecto a que viene un sismo para que se active”.

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Ramírez dice que no puede confirmar que se metió información al sistema este 2 de agosto para engañarlo y que la alerta sísmica se disparara, pero confirmar que no hay otra manera de que esto suceda.

Villavicencio señala que no se puede prescindir de la alerta sísmica, pero sí se debería evitar tener estos errores, también señala que una forma de proteger a la población para que tenga una respuesta lo más efectiva posible ante la alerta sísmica y un sismo es brindarles capacitación.

“Esto es vital, es muy importante que en las escuelas y las oficinas haya un comité de siniestros y que se capacite a todo el personal para que sepan qué hacer, eso da la oportunidad de accionar y no entrar en pánico”.

En el mismo sentido Flores Morales señala que en México se debe poner atención a la capacitación para gestionar las emociones en caso de sismo o de que suena la alerta sísmica. “La salud mental siempre se deja de lado, pero se le debería dar talleres a la población para que sepa manejar sus reacciones ante estos hechos”.

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