La Arquidiócesis de Xalapa, Veracruz, continúa buscando un milagro que se le atribuya al padre Juan Manuel Martín del Campo, quien fue un sacerdote y exorcista mexicano, declarado venerable por el Papa Francisco y actualmente en proceso de beatificación.

El padre Martín del Campo, nació en Lagos de Moreno, Jalisco, el 14 de diciembre de 1917 y murió en la ciudad de Xalapa, el 13 de agosto de 1996. A más de 20 años de su muerte, se le continúa buscando un milagro documentado para que se le pueda rendir culto. Así lo narra un Vocero de la Arquidiócesis de Xalapa.

Nos han dicho que para que Dios firme y sea beato se le rinda culto público, hace falta que Dios firme con un milagro, no se ha podido dar porque debe ser documentado

Exorcista que murió en Xalapa podría llegar a los altares como Beato

De acuerdo con la Arquidiócesis de Xalapa, Veracruz, para que el padre Juan Manuel Martín del Campo, llegue a los altares de los habitantes y se le pueda rendir culto como Beato, debe cumplir con los estándares de la santa sede en Roma, los cuales indican que debe existir un expediente médico en donde se compruebe que hubo un acontecimiento de milagro ante Dios.

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Siendo esto último, lo que mantiene retrasada la beatificación del exorcista Juan Manuel del Campo, debido a que hasta ahora, no hay pruebas documentadas, ni estudios médicos que atribuyan a milagros divinos. Sin embargo, la iglesia confía en que pronto sea ubicado un acontecimiento del padre Martín del Campo.

La iglesia es muy cuidadosa y con expediente médico y analizar ante la Congregación de los Santos en Roma, no es fácil pero va avanzando, hay mucha gente que le tiene devoción al padre, pero no ha habido esta firma de Dios, se sigue buscando

¿Cuál es la diferencia entre santo y beato?

Especialistas en el tema indican, que un beato y un santo no son lo mismo, la diferencia que hay entre ellos van en cuestión de comprobación de milagros. En el caso del Beato, se deben presentar milagros relacionados con la salud, en donde no exista explicación científica, y se le atribuya a la sanación divina con testigos que lo confirmen, para posteriormente atravesar por un proceso con la Congregación en donde se verifique la firma de Dios en los hechos.

Mientras que en el caso de los santos, la primera etapa es la aprobación de un segundo milagro, el cual se requiere que haya sucedido después de su beatificación. Por lo que para llegar a ser santo, primero se debe ser Beato ante la iglesia.

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LLZH